sábado, 23 de abril de 2011

Chuta que ha pasado el tiempo

Chuta que ha pasado harto tiempo. Un poco más de tres meses de levantarnos a las 8.30, llegar 5 minutos tarde a la clase de las 10:00, almorzar a las 12:00 en uno de los 5 sucuchos de al frente de la U, volver a clases hasta las 18:00, tener “dinner” otra vez en alguno de los mismos sucuchos, y después o volver a otra clase hasta las 22:00, o estudiar para algún examen, o tener reunión de grupo. Llegar de vuelta a las 22:30, jugar play o ver algo en cuevana, y a dormir. 

Pero para no hacer este post tan fome, paso a contarles las otras cosas que hemos hecho en el poco tiempo libre que tenemos. OJO, no están en orden cronológico, sino en el que mi mente dictó:
  
1) Cherry Blossoms Festival: Al fin llegó la primavera (aunque todavía no superamos los 20 grados, y cada 3 días se vuelve a poner helado y a llover). Y los guindos (¿o cerezos?) florecidos son la máxima demostración de que los grados bajo cero quedaron atrás. En verdad que para los Coreanos (y asiáticos en general), los cherry blossoms son el máximo acontecimiento y es sacrilegio no ir  un “alameda” de blossoms con una buena cámara y sacarle fotos a las flores. Por suerte nosotros fuimos con nuestros clásicos amigos (descritos en un post anterior), porque si no habríamos tenido que sacar las fotos con la cámara del Iphone y no con la Canon G12 del Bashir, que estoy a punto de robarme. La cosa es que en verdad las florcitas son híper lindas. Imagínense que el Mapocho es 7 veces más ancho, además de navegable, y que desde el Parque de las Esculturas hasta la Piojera hay miles de cerezos florecidos, y un millón (literalmente) de coreanos sacándoles fotos. Hasta que se hace de noche, la gente hace su picnic en el Forestal, y desde el Mapocho ancho y navegable tiran fuegos artificiales. Hermoso. Y perfecto para ganarme el gigante resfrío y alergia que me atacó por los 5 días posteriores.  

2) La Profe de Español: Hace rato que quería/necesitaba trabajar en algo. Hasta que al fin tuve la suerte de encontrar un aviso en que necesitaban a un “nativo español” para hacer clases. Así que las últimas cuatro semanas he estado de profe. Mi alumna es una japonesa, ejecutiva de Zara, que le toca viajar y tener reuniones con los jefes españoles seguido. Así que me tocó aprenderme el “vosotros sois”, o mejor dicho “vozotroz zoiz”, porque me piden le enseñe con acento ezzzpañol. Lo malo es que mis clases son a las 9.00 am de la mañana que tenía libre. Lo bueno es que me pagan bien. Lo malo es que doy las clases en la oficina de Zara, que queda en un mall y después de clases me quedo recorriendo y gastándome el sueldo al tiro . Lo bueno es que tengo lindos zapatos nuevos .   


3) Nerd lists: Si quieres buscar pega en Corea, tienes que adjuntar tus notas en el curriculum. Para ellos es muy importante. Por eso es que cada vez que terminamos uno de nuestros módulos de dos meses, premian a los mejores alumnos en la ceremonia del Dean List. En el módulo 1, estuvimos lejos de ser elegidos, pero sorpresivamente nos pegamos un salto enorme y en el módulo 2 yo estuve en la lista (el Dani no quedó por una décima), y en el módulo 3 pasó lo contrario: el Dani fue el mejor alumno y yo quedé fuera por una décima. Acabamos de terminar el módulo 4 y todavía no sabemos las notas, pero nuestras proyecciones dicen que esta vez debiéramos estar los dos en la nerd list. 

4) Sushi!: Nuestra amiga Jessy estuvo de cumpleaños y partimos con el clan “foreigners” a comer sushi y tomar sake. Ñami. Igual los sushis chilenos no tienen nada que envidiarle a los asiáticos. Pero sí puedo decir que entre las cosas diferentes está que nosotros definitivamente le echamos demasiada más salsa de soya que los japoneses y/o chinos y/o coreanos. Después del sushi nos pasamos a un bar y le enseñamos a nuestros amigos a jugar “yo nunca”, igual duró poco el juego porque eso de que a los asiáticos les falta una enzima que absorbe el alcohol (no sé si será mito o verdad, pero de que mueren al tiro, mueren), fuimos perdiendo rápidamente a los jugadores y al final los chilenos resistentes tuvimos que encargarnos de llevarnos al par de bultos y a la mexicana que no muere pero se cura mega jugosa.

Menú para 3. Nótese la torre de churrascos al lado de la Ana
5) El restaurante del lado: Vivimos al lado del mejor restaurante de parrilladas coreanas de Seúl. No lo decimos sólo nosotros, lo dicen nuestros amigos coreanos, lo dice la tele (el restaurante está decorado con fotos del reportaje que les hicieron como lugar al que había que ir), y lo dicen los muchos coreanos que hacen fila por más de una hora para comer ahí los fines de semana. Desde que lo descubrimos en diciembre, vamos cada 15 días. Y no hacemos ninguna fila porque el dueño ama a los extranjeros, y nos ve, nos reconoce y nos hace pasar y saltarnos toda la espera. Más encima nos cobra siempre el mínimo por persona (como 5.500) y nos da gratis las bebidas, cervezas, arroz, postre (que nunca hemos podido aceptar porque cuando llega el momento ya estamos demasiado llenos) y todo lo extra que pidamos. Lo que hace tan bueno a este restaurante son los “side dish”, que entre varias cosas incluyen más carne. Entonces pides tu porción de 300 gramos de cerdo y de extra te traen un cerro de churrascos de vacuno para acompañar. Y si se te acaba, te traen más. Al gratín. Increíble. Hay que ir preparados para salir rodando. 

6) El gimnasio: De tanta parrillada, estábamos convirtiéndonos en bolitas. Así que nos matriculamos por 2 lucas mensuales en el gimnasio de la U y estamos yendo al menos 2 veces a la semana. Ya llevamos dos meses. No sé si estaremos bajando de peso, pero al menos no estamos subiendo más. Usted juzgará los resultados a nuestro regreso. 

7) La micro nueva: Cuando llegamos a Corea el señor Lee (administrador del edificio) nos mostró que micro teníamos que tomar para llegar a la U. A la ida la 04 estaba bien, aunque nos dejaba a 2 cuadras bien largas de la  U. El problema era a la vuelta, que teníamos que caminar las mismas 2 cuadras para llegar al paradero. Y a las 22:00 con -15 grados no es tan rico. Por eso cuando hace ¡un mes! –más vale tarde que nunca…- descubrimos que hay una micro que pasa por al lado de nuestra casa y nos deja en la puerta de la U, fuimos felices y nos sentimos estúpidos. Nadie puede haberse demorado 7 meses en darse cuenta. Bendita/maldita 163.

8) Dialogue in the Dark: Esto es la zorra. Si fuese millonaria compro la franquicia y lo armo en Chile. Es una exhibición absolutamente a oscuras. La idea es descubrir tus otros sentidos. Entras y nos ves nada, y con un guía que te va dirigiendo, vas tocando, oliendo y sintiendo todo. Por ejemplo entras a un bosque y tocas los árboles, escuchas los pájaros, sientes el viento, y no ves absolutamente nada. También paseamos en lancha y pasamos cerca de una cascada y es impresionante como te imaginas todo sin ver nada. Me fascinó. Si van a Brasil, Alemania u otro país donde tengan el show, vayan. Les dejo el link por si acaso: http://www.dialogue-in-the-dark.com/



9) Chile – Portugal: Como buenos chilenos fanáticos del fútbol nos juntamos con nuestros amiguis nacionales a ver el partido. La cosa es que con la diferencia horaria para nosotros el partido era a las 5:45am. Así que a pasar de largo. La junta fue en la casa de Rodrigo y la Úrsula en Incheon (ciudad cerca de Seúl). Partimos comiendo sopaipillas con pebre, tomando pisco sour (a Rodrigo le toca viajar seguido a Chile, así que siempre está abastecido con productos nacionales) y escuchando Chico Trujillo. Tipo 2:00am el ambiente estaba muriendo, así que para revivirlo decidimos partir a un nurebang (o karaoke local), que a diferencia de los chilenos, son privados. Es como que arriendas un living con una tele gigante, micrófonos y miles de canciones. Y además te traen chelas y cosas para picar. Así que nos quedamos cantando desde los clásicos de Bon Jovi, pasando por los Back Street Boys y terminando con Elton John. A las 5:00 nos echaron y llegamos de vuelta justo para ver el partido. ¡Grande Justin TV! Igual me siento orgullosa porque de los 10 que éramos, creo que fui la única que nunca dormí. 1 – 1 y tomar el bus de vuelta a Seúl. Al final llegamos a la casa a las 9:45. Dormimos hasta las 19:00.

10) Hiphop bowling: No sé si esto exista en Chile, pero si no, alguien tiene que hacerlo. Es un bowling decorado con luces de neón (por lo tanto todos van vestidos mayoritariamente de blanco para brillar), las bolas son fosforescentes, y hay un DJ sacado del Túnel o del Subterráneo (me refiero a los clubs de Merced y Orrego Luco) poniendo hiphop toda la noche. Buenísimo concepto. No es necesario detallar quién ganó y quién perdió.

11) Lo que viene: ¡El 10 de mayo nos vamos Jeju! ¡Yupi! Según todos los coreanos, si hay que elegir un lugar para ir en Corea, es Jeju, que es tipo Rapa Nui. Una isla al sur de corea, con todos los nombres y calificaciones que da la Unesco y que compite con nuestros Moais para convertirse en una de las maravillas del mundo. Estoy alucinando con unos tour en submarino que ofrecen. Esperen las fotos e historias en el próximo post. 

lunes, 24 de enero de 2011

De vuelta a las pistas

No nos hemos olvidado de ustedes. Todo lo contrario. Es sólo que nos gusta escribir con tiempo, y en los últimos 50 días este recurso ha estado bastante escaso. Pero ahora estamos de vacaciones, así que prepárese que este relato se viene largo. Igual, si no le interesa leer todo, puede guiarse por los subtítulos y revisar lo que le tinque no más.

Vacaciones en Seúl
Después de un par de semanas de locura, el 17 de diciembre terminamos nuestro segundo módulo. Y si lo primeros 5 ramos en 2 meses fueron intensos, el segundo módulo estuvo del terror. Pero aprendimos harto. Y al fin tuvimos vacaciones.

La primera semana nos quedamos en Korea y lo primero que hicimos fue ir por dos días a un “pueblo originario” de más de 400 años donde los coreanos van a meditar. El lugar era hermoso: río a medio congelar, montaña, casas típicas (se duerme en el suelo con calefacción mágica)… y unos aviones militares pasando a toda velocidad cada par de horas (eran los días del drilling que supongo probablemente vieron en las noticias). Lo único malo fue que llegamos mucho más tarde de lo presupuestado porque nuestro chofer y guía turístico Taewon (se viene el especial amigos coreanos) se perdió en el camino, y en vez de demorarnos 2 horas y media, nos demoramos cinco.

De vuelta en Seúl fuimos con el príncipe de Indonesia (Bashir shi) y la mexicana a patinar en hielo en la “plaza de armas”. ¡Me encantó! Con el Dani descubrimos un talento inesperado. No podemos decir lo mismo del musulmán culposo.

Después vino navidad. El panorama era juntarnos a cenar en nuestro departamento (que obviamente está convertido en la base central) y jugar amigo secreto. Según yo, les había explicado súper bien las instrucciones del juego al grupo de invitados (indonésico, uzbeco, alemanes, coreanos y mexicana), pero claramente ganó la improbabilidad de la comunicación, y cada uno llegó con el regalo que quiso para el amigo que quiso. Igual logramos salvar la situación, aunque a mí me tocó una linda bufanda de hombre.

Tokyo
El 25 de diciembre volamos a Japón y el Iwa con su esposa Miyako nos fueron a buscar al aeropuerto. Tokyo nos encantó. Nuestro hostal estaba en Asakuza que es el barrio antiguo de la ciudad. A diferencia de Seúl, en Tokyo todas las casas/edificios son diferentes, aunque coinciden en ser todas angostas. Como puras casas del Angelo (para los que lo conocen) en diferentes colores y de distintas alturas. Pero vamos con la bitácora de viaje.

Día 2 (el día uno llegamos, comimos donde los Iwadate y dormimos): City tour con Iwa y Miyako. Partimos por el templo de Asakuza que incluye un mercado, y estaba LLENO de gente. Impresionante. De ahí fuimos al Edo Museum. Tokyo antes se llamaba Edo, y en este museo medio interactivo choriflai aprendimos toda la historia de la ciudad. Después tomamos el clásico recorrido en bote por el río de la ciudad, para terminar en un estilosísimo sushi train (debo decir que los sushis chilenos son igual de ricos que los japoneses y tanto más baratos).




Día 3: ¡Al fin fui a Disney!, ¡y me saqué una foto con Goofy! Ir a Disney en Tokyo igual es freak. Partiendo porque todas las narraciones de los juegos están en japonés así que no entendimos nada (a excepción de “arigato gosaima”, “konichiwa” y “sayonara”). Pero igual eso lo hizo más divertido. De todos los juegos a los que nos subimos y lo mil que caminamos, para mí lo mejor fueron los desfiles (a las 15:00 con trajes fluorescentes y a las 20:00 con trajes de luces). TAN bonitos. Al Daniel le gustaron las montañas rusas.



Día 4: Akihabara. El barrio de Akihabara es el Portal Lyon original. Cuadras de tiendas de animé con todas las figuritas habidas y por haber. Y obviamente le lleva pokemones originales, vestidos de personajes de cómics muy pro. Se suponía que ese día recorreríamos más lugares, pero lo pasamos tan bien simplemente mirando a los japoneses freaks, que nos quedamos ahí todo el día. Hasta que se vino la noche y fuimos a un pub con el Iwa y sus amigos (que incluyen a un mitad japonés, mitad keniano, por ende negro de ojos rasgados, muy chistoso).

Día 5: Templos y downtown. Tokyo está lleno de templos budistas en todos sus tamaños. Durante la semana que estuvimos fuimos a varios, pero el que más me gustó es el que está downtown (el centro antiguo de Tokyo) que es un barrio tipo la subida aguas claras de Viña. De ahí fuimos de shopping porque se nos sumó Taewon al viaje quien, además de ser un pésimo chofer, es un comprador compulsivo que recién se puso a pololear y nos hizo ir a la tienda de Hello Kitty a comprarle cosas a la novia. Obviamente nosotros no compramos nada, aunque vimos un peluche de Ponyo bacán.

Día 4: Shibuya. Se supone que en Shibuya está la esquina más concurrida del mundo (creo que es la de la escena de Scarlett con paraguas en Lost in Translation). Fuimos solos con el Dani, nos metimos a caminar por unas calles chicas y nos perdimos. Y de repente aparecimos en una especie de barrio rojo lleno de moteles con publicidades muy “diferentes”, promocionando la inclusión de wii en las piezas y los disfraces de sailor moon, entre varias otras cosas. En la noche, comida donde los Iwadate again. Tan bacanes nuestros amigos. Hay que recordar que los asiáticos NO se invitan a las casas, así que doble mérito para ellos. Repito: BACANES.

Día 5: ¡31 de diciembre! Nos levantamos temprano y fuimos a comprar el peluche de Ponyo que habíamos visto. No sé por qué no lo compramos cuando lo vimos. De ahí a prepararnos para la comida de la noche. Si usted piensa que el año nuevo en Tokyo es la locura y el descontrol, se equivoca totalmente. El 2011 fue nuestro comienzo de año más tranquilo de la vida. Nos juntamos temprano a cenar en la casa del Iwa. La Miyako preparó un montón de platos chicos “para la salud, inteligencia, dinero, cosecha…” y no me acuerdo qué más. Mientras comíamos, vimos un programa de tele como de humor (que no entendimos mucho) que se supone que es típico y lo repiten todos los años nuevos. A las 12:00 destapamos una botella de champaña que llevamos nosotros y en grooveshark pusimos el clásico “Un año más” para darle un poco de chilenismo al festejo. Y de ahí partimos al templo budista más cercano a meditar. Nada de fiesta ni copete.
 
Día 6: Almuerzo donde el Iwa y después de vuelta al hostal a dormir siesta. La vida de turista es dura y como 1ro de enero está todo cerrado aprovechamos para descansar. Además que en dos días nos tocaba entrar a clases de nuevo…

Día 7: Back to Seoul. Pero antes aprovechamos la mañana y fuimos al zoológico. Vimos un cóndor y una llama. Además de una okapi y unos animales muy raros que no tenía idea que existían. Está mucho mejor el zoológico de Tokyo que el metropolitano.





Por la cresta que hace frío en Seúl
Nos demoramos caleta en volver a Seúl. Una hora en metro al aeropuerto, de ahí esperar como 2 horas más, dos horas de vuelo (con el peor sándwich de avión de la vida), y como una hora y media del aeropuerto de Seúl a nuestro departamento. Al final llegamos como a las  00:00 y al día siguiente a clases.

Seúl está congelado. Desde navidad que la temperatura no llega a los 0 grados. De hecho los últimos 14 días el promedio ha sido -15 (con mínimas de -20 y máximas de -8). Lo bueno es que ni hemos tenido tiempo para estar afuera, sólo tiempo para estudiar. 

Las pasadas tres semanas fueron una locura. La mitad de nuestros compañeros se fueron a Boston (y ahora a Singapur), y de premio de consuelo para los pocos que no fuimos a ninguno de los dos países, nos dieron dos semanas de vacaciones (en las que estamos ahora), a cambio de tener tres ramos en tres semanas, o sea, clases de 9:00 a 21:00 non stop. En un momento pensé que no lo íbamos a lograr, pero aquí estamos. Sobrevivimos y por fin tuve tiempo para escribir este post.